La diabetes tipo 2 es una enfermedad metabólica que afecta a millones de personas en todo el mundo y cuya gestión es fundamental para evitar complicaciones a largo plazo. En los últimos años, las investigaciones han mostrado que las dietas bajas en carbohidratos, especialmente la dieta cetogénica, pueden ser una herramienta eficaz para mejorar el control glucémico en pacientes con diabetes tipo 2.
Una dieta cetogénica consiste en reducir drásticamente la ingesta de carbohidratos, generalmente a menos de 35 gramos diarios, lo que induce un estado metabólico llamado cetosis. En este estado, el cuerpo cambia su fuente principal de energía de la glucosa a las grasas. Este cambio ayuda a mantener niveles de glucosa en sangre más estables y bajos, reduciendo los picos que suelen requerir un mayor uso de insulina o medicamentos hipoglucemiantes[1][5].
Estudios recientes han demostrado que seguir una dieta cetogénica bien formulada puede normalizar el nivel de glucosa en ayunas, disminuir el peso corporal y mejorar el perfil lipídico en personas con diabetes tipo 2. Este tipo de alimentación ha demostrado, incluso, la posibilidad de lograr la remisión de la enfermedad en un porcentaje significativo de pacientes, facilitando un manejo menos dependiente de fármacos y con menor riesgo de complicaciones[3][5].
Un ensayo clínico realizado en el Reino Unido con más de 300 participantes mostró que aquellos que siguieron una dieta muy baja en calorías y carbohidratos lograron detener su medicación para la diabetes y la hipertensión arterial desde el inicio, y tras un año, cerca del 46% de ellos entraron en remisión de la diabetes. A los dos años, un 36% mantenía esta remisión, lo que contrasta notablemente con el pequeño porcentaje en el grupo control que conservó niveles normales de glucosa sin medicación[4][5].
Sin embargo, es esencial que cualquier cambio en la alimentación, especialmente en el contexto del uso de medicamentos para la diabetes, sea supervisado por profesionales de la salud. La reducción severa de carbohidratos puede aumentar el riesgo de hipoglucemias en personas que estén bajo tratamiento con insulina u otros fármacos que bajan el azúcar en sangre. Por ello, el seguimiento médico es indispensable para evitar riesgos y ajustar tratamientos[1].
En conclusión, la evidencia científica actual respalda el uso de dietas bajas en carbohidratos, como la cetogénica, como una estrategia terapéutica efectiva para el control y posible remisión de la diabetes tipo 2. Este enfoque nutricional debe considerarse dentro de un plan integral que incluya supervisión médica para asegurar resultados óptimos y evitar complicaciones.
Fuente: StudyFinds.org – Low-carb diet may help type 2 diabetes by restoring natural insulin production (https://studyfinds.org/low-carb-diet-type-2-diabetes-natural-insulin-production/)
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